2 de diciembre de 2008

Capítulo 15

Capítulo 15.- Evitándola


La obscuridad la acompañaba, aún se encontraba en la sala de la enorme mansión, subió su mano hasta sus labios aún entre abiertos, y pasó sus dedos, cerró los ojos, podía recordar la sensación de tener los labios de Inuyasha en los suyos, nunca lo pensó posible… tendría que conformarse con el simple recuerdo de que alguna vez la había besado, pero era suficiente para ella, seguía pasando sus dedos por los labios aún hinchados, se detuvo de repente y la bajo… ahora ¿podría verlo a la cara?

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Había decidido no verla, no estar cerca de ella, ¿para qué? No tenía caso, no podía hacer nada, iba en contra de las leyes naturales.
Rascó su cabeza fuertemente, estaba alterado, nunca pensó que las necesitadas vacaciones que tanto añoraba se iban a convertir en un completo caos, ¿Cuándo fue lo que se le metió en el corazón? O es que ¿siempre estuvo allí?, sacudió la cabeza, se dejo caer en la mullida cama, lo mejor por el momento sería dormir, tratar de olvidar que besó a Kagome…

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Lo hizo despertar el sonido del móvil, un mensaje “¿Salimos?”, era lo mejor que podía hacer, distraerse.
Yura aparte de ser una chica muy bella sabía manejar una conversación, mantenerla divertida y dinámica, había respondido el mensaje y ahora estaba en camino a su cita con ella.
Se encontrarían en la estación de trenes, junto al reloj, ya que era un lugar en donde nadie se podría perder, la divisó a lo lejos entre la gente que entraba y salía de la estación, se veía extremadamente bien, sus cabellos cortos negros lo adornaba un prendedor en forma de rosa color rosado, un vestido de tirantes color blanco, ceñido en la cintura con un corte en “v”, unas zapatillas color rosa, ladeó el rostro e hizo un ademán con la mano, se acercó hasta ella.
- hola, que bien te ves- le sonrió
- lo mismo digo- tomó su bolso rosado con ambas manos- ¿vamos?- comenzaron a caminar
Las calles de la ciudad estaban concurridas, era un día caluroso, así que decidieron ir al parque por unos helados, caminaban mientras platicaban de cualquier cosa, en verdad era agradable la presencia de la chica.
Inuyasha se detuvo en seco.
Estaba del otro lado de la calle, mirando el semáforo, estando atenta cuando cambiara al verde… todo fue tan lento en ese instante, con la punta de los tenis negros pegaba en el piso, las calcetas de rayas negras y blanco amoldadas a la perfección por debajo de su rodilla, la falda de tablones de mezclilla, y la camisa blanco con letras azules, mostrando un hombro, su cabello azabache agarrado por una media coleta, dejando que el aire jugara con su cabello, meciéndolo…
- ¿sucede algo?- preguntó la chica que lo acompañaba al notar que ya no podía oír la voz de Taisho
- creo que conozco una heladería mas cercana- comenzó a caminar en la misma calle, evitando toparse con su media hermana
- ¿en verdad no me estoy perdiendo de nada?-la reacción del chico había sido demasiado extraña
- no, todo está bien, solo recordé una heladería más cerca y con más sabores- rió nervioso, demonios, esta situación con Kagome lo estaba aniquilando
Yura arqueó la ceja- si tu lo dices- no sonó muy convencida, pero al final si no quería decirle algo estaba bien, solo eran amigos…
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Debía ya estar loca, por un momento pensó que había visto a Inuyasha, en el cruce peatonal.
Se había quedado de encontrar con Sango un restaurant para comer, se habían vuelto las mejores amigas, a demás necesitaba despejarse un poco.
- ¡Kagome, por aquí!- escuchó a lo lejos, ladeó el rostro y su amiga estaba solo a unos metros de ella, en una mesa afuera del restaurant
- lamento la tardanza- puso su mano en su nunca cuando llego hasta ella- ¿tienes mucho esperando?- se sentó en la mesa
- solo unos minutos… ¡te salvaste!- entrecerró los ojos
- no volveré a suceder Sango…- a veces su amiga daba miedo
- ayer desapareciste…- se cruzó de brazos- estabas bailando con Kouga y de repente te esfumaste… y no atendías el móvil…
- me sentía mal…-no pudo formular otra excusa- así que me fui y apague mi móvil… me dolía mucho la cabeza- lo último era verdad, aún sentía los efectos del alcohol… ¿que mas podría decirle?, todo menos la verdad…
- aja…-en verdad no sabia si creerle o no, pero ya había pasado y ella se encontraba bien
El mesero llego hasta la mesa y tomó las órdenes, regresó rápidamente con dos vasos que los colocó frente a cada una
- disculpe- llamó la castaña, y el mesero giró- nosotras no ordenamos esto- señaló las bebidas
- lo sé, ellos las enviaron- señaló a dos jóvenes sentados dentro del restaurant que las veían
Kagome arqueó la ceja ¿Quiénes se creían que eran?- yo no la quiero
- si la quieres, dígale que gracias- le dijo al camarero
- de acuerdo señorita- se retiró
- ¿Por qué hiciste eso?- frunció el ceño
- Kagome, ¿crees que no se lo que te sucede?-entrecerró los ojos, y recargó su rostro en las manos entrelazadas- no puedes ocultarlo, se te nota cuando lo miras…- su amiga solo agacho la mirada
- por favor Sango, ya no digas nada…- agacho la mirada

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Sonó el tintinear de la campana en la puerta cada vez que entraba o salía algún cliente, la luz del sol les dio directo en el rostro.
Al salir de la heladería se topo con un restaurant, con mesas afuera, muy linda al parecer, podría ser un buen lugar para almorzar algo, pensó, ¿Qué estaba pasando?, cuando más trataba de evitarla, más parecía el destino quererle hacer una mala jugada, estaba sentada con Sango, platicando sobre algo, ella agachó la mirada, y dos hombres se acercaron a ellas, frunció el ceño… estaba a punto de cruzar la avenida, no podía hacerlo... se suponía que el la tenía que evitar a toda costa, aunque ahora los celos lo estuvieran matando…. tomó a Yura de la mano inconscientemente y caminó rápido, casi arrastrándola, era demasiada coincidencia, sería mejor terminar el paseo en otro lugar… por que estaba decidido, la olvidaría…

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