15 de octubre de 2008

Capítulo 11

Capitulo 11.- Inesperado beso

Habían acordado que para la noche iban a hacer una fogata, les parecía algo divertido, ya que con la poca luz se podía disfrutar mejor, azar malvaviscos y hacer la comida en la fogata era lo que tenían planeado, así que fueron a la ciudad a comprar los víveres para esa noche.
Las chicas seguían impresionadas o más bien embelesadas por los mayores del grupo, querían conquistarlos como fuera.
Las risas y platicas se fueron dando solas mientras avanzaba el ocaso, las primeros estrellas comenzaban a destellar en el cielo entre rojizo y azul, la noche entraría pronto y por el aire se podía inhalar un aroma… pescado ahumado…
- ¿creen que ya estén?- Kouga miraba los pescados como si estuviera muerto de hambre
- parece que ya…-dijo Miroku inspeccionando a los pescados
- ¡que bien!- gritó el hambriento agarrando uno
- ¡oye Kouga no te los acabes todos!- replicó Ayame
Kagome aún platicaba con sus amigas y con el chico de la perforación en la ceja, riendo a carcajadas, hace no mucho que habían estado dentro del agua, así que solo tenían puesto el traje de baño, y en el caso de las chicas un short y la parte de arriba del bikini al descubierto.
- olvide las bebidas, ya vengo Miroku- dijo el platinado, mientras caminaba hacia la casa Eri lo veía… esta iba a ser su oportunidad
- ¡yo ayudo!- dejo salir en casi un gritito parándose inmediatamente tras el chico.
Abrió la nevera
- Hola Inuyasha- entró la chica a la cocina- ¿puedo ayudarte?- se acercó a él
- la verdad es que estoy bien así, pero gracias- dijo sin mirarla
- no seas malo- se colgó de su brazo- déjame ayudarte
Arqueó la ceja, que pretendía esta niña al colgarse así de él- no la necesito- la miro frío
- bueno, la verdad es que no vine hasta aquí para eso…- Inuyasha estaba incrédulo, ¿entonces a que venía?, se aceró a él y lo tomó por sorpresa colgándose ahora de su cuello, tuvo que ponerse en puntas para poder alcanzarlo
- Qué pretendes…-frunció el ceño alejándose un poco de ella
- que pretendo…-repitió- ummm…-miró hacia arriba, en su lado derecho- esto…
Fue lo que dijo antes de juntar los labios con los del chico, abrió los ojos, estaba completamente congelado… nunca en su vida le habían robado un beso... escuchó un leve susurro… decían ¿su nombre?, “Inuyasha”, si, esa voz… todo pasó tan rápido que ni mismo se dio cuenta.
Se separó inmediatamente del beso, pero… era demasiado tarde, ella había visto… esa situación extraña e incómoda que ni el mismo quiso… estaba ahí, delante de él…
Eri miró a Inuyasha… ¿Qué estaba viendo? Tenía que ser demasiado interesante ¿para separarse de esa manera? Ladeó el rostro… era su amiga… Kagome… arqueó una ceja como seña de que estaba interrumpiendo.
Su corazón estaba a punto del colapso, ¿Por qué le hizo eso?... no, estaba mal… el no hacía nada que no pudiera, empuñó las manos, no quería demostrar lo que esa escena le causaba… no podía estar ahí más tiempo, no quería verlo… tenía que salir de ahí, a donde fuera… solo que estuviera lejos de ellos, lejos de él… dio media vuelta y caminó hacia afuera
- Kagome…- solo pudo pronunciar, pero ella ya había salido de la casa- ¡espera!- trató de que lo oyera, iba a ir tras ella, pero algo lo tenía apresado, volteó… esa chica… era demasiado fastidiosa, trató de zafarse, pero era más fuerte de lo que pensó.

================oOo================
Caminó sin importarle que los chicos la llamaran, solo les sonrió y dijo “ya regreso”, ellos no vieron hacia se dirigía, no quería que la siguieran… no pensó que el pequeño bosque que habían cruzado para llegar a la casa de playa no iba a ser tan pequeño… y la oscura noche no ayudaba, ¡demonios Kagome!... como se te ocurre irte sin linterna, pensó, era muy tonta… ¿ahora como iba a regresar?, lo único que podía hacer por el momento es tratar de ubicarse, ya había estado ahí antes, tendría que recordar la vez que sus hermanos la perdieron apropósito en ese bosque… decían que iban a jugar a las escondidas… que malos recuerdos… pero este no era el momento adecuado, ladeó el rostro para ambos lados y se rascó la cabeza… estaba segura ahora… se encontraba completamente perdida…
Se sentó en la grama, recargándose en el tronco de un árbol, ¿Cuánto había caminado?, demasiado… se respondió a sí misma, los pies le dolían… descansaría un poco y después volvería a intentar regresar a la casa…
La imagen de Inuyasha besando a su amiga llego a su mente… ¿Por qué le importaba tanto?, solo era un simple gusto, negó con la cabeza… era algo más y ella siempre lo supo, pero trato de negarlo, por su bien… lo que ella quería ¡nunca! Podía pasar… ni en sus más locos sueños… recargó la cabeza en el tronco, mirando al cielo estrellado y como la luna menguante iluminaba sutilmente la copa de los árboles… su corazón le dolía… una lágrima logó escaparse, haciendo un camino por su mejilla, ¿desde cuando sentía eso por él?... no lo sabía, lo único que ahora tenía claro es que lo amaba, si, lo amaba… más lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, ya no podía contenerlo más… por más que pasara su mano para limpiarlas seguían saliendo… y ella sabía la razón, no por verlo besarse con su amiga… sino por saber que el amor que sentía nunca podía ser correspondido…

Capítulo 10

Capitulo 10.- Pidiendo disculpas

Desde el incidente no le dirigía la palabra por más que intentara… pero era su culpa… había dicho cosas hirientes sin si quiera pensar que podría afectarle.
La tarde había llegado, y con ella los deseos por ir a la ciudad de Yokohama, estaban algo alejados de ella, pero nada que con unos minutos en carretera no arreglara.
Estaban en el centro de la ciudad, algunos comprando otros simplemente observando como turistas… aunque algunos ya conocían lo bello que era Yokohama.
Fueron hasta un restaurant de comida típica, en donde se la pasaron platicando y riendo, aunque Kagome aún ni siquiera la mirada le dirigiera, mezquina, pensó, tenía que disculparse pronto, si no eso se iba a poner peor.
- ¡vamos al parque de diversiones!- sugirió una de las amigas de Kagome
- ¡si!, la última vez que vine no pude subirme a varios de los juegos…- hizo un pequeño puchero
- por mi no hay problema Inuyasha…- se acercó al platinado- más si puedo estar a solas con Sanguito en la rueda de la fortuna- entrecerró lo ojos con picardía
El parque de diversiones de Yokohama es reconocido por tener una de la ruedas de la fortunas más grandes en el mundo, junto a la rueda del milenio en Londres
- como quieran…- se encogió de hombros
Ya se podía apreciar el ocaso mientras se encaminaban al parque temático, Kagome aún no le dirigía la palabra, y por alguna extraña razón eso le venía afectando más de lo que pensó.
Desde la distancia podía apreciarse la famosa rueda de la fortuna que sobresalía entre los grandes edificios de la ciudad.
- ¿A dónde quieren ir primero?- preguntó Kouga queriendo aparentar que no le emocionaba estar ahí.
- ¡vamos a la montaña rusa!- gritó Ayame tomando de la mano a Kouga
-¿montaña rusa?- en su rostro podía verse el miedo, y su color desapareció, era la primera vez que se iba a subir a uno de esos juegos e iba a ser la ¿montaña rusa?, pero para su desgracia Ayame era más fuerte de lo que parecía y no lo dejo escapar
- nosotros queremos un algodón de azúcar- caminaron Yucca y Eri, que cada agarró un brazo de Suikotsu, para ir a la sección de comidas
- Sango, nosotros podemos ir a la rueda de la…-no terminó de decirlo ya que la chica estaba caminando junto con los demás
La pelinegra había dado unos pasos, para seguirlos
- ¿aún no me vas a hablar Kagome?- preguntó su medio hermano, esa situación lo estaba cansando- ¿y dices que soy yo el orgulloso?...- aún sin respuesta, esto lo enfureció- ¡ya no aguanto mas!
Buscó con la mirada un lugar para hablar tranquilamente, cuando pro fin lo encontró la tomó del brazo y comenzó a jalar dentro de una cabina de la rueda de la fortuna, fue rápido el proceso, estaban junto a esta.
- ¡oye pero que te pasa!- replicó Kagome ya dentro del juego, tratando de salir pero este comenzó a girar
- ahora si… se que el comentario que hice fue de mal gusto
- ¿de mal gusto?- dijo en tono sarcástico y levantando una ceja
- de acuerdo, fue hiriente- la chica lo miró, se estaba ¿disculpando?, Inuyasha suspiró- no tenía que haber dicho eso… en realidad…- su corazón comenzó a latir más de lo normal, pero él estaba seguro que es por que nunca en su vida había pedido disculpas a una chica y menos a su media hermana- si me interesa…- los ojos de Kagome comenzaron a brillar sin que ella lo notara- y creo que te he agarrado cariño- miró hacia el piso, mientras que a ella parecía que su corazón iba a salir de donde estaba- después de todo eres mi hermana… ¿no?- la miró
La desilusión se apoderó de ella… era verdad, ellos eran… después de todo medios hermanos, y eso no iba a cambiar nunca, se mordió el labio inferior, no podía ilusionarse con Inuyasha… aunque eso ya era demasiado tarde…
- Kagome…-volvió a hablar- ¿me disculpas?- la miró directo, ella ladeó el rostro y asentó la cabeza
- pero que no vuelva a ocurrir- le sonrió
Quedo impactado ante la escena… sonreía sinceramente, las luces de la rueda de la fortuna iban cambiando constantemente, la noche ya había llegado, las cosas entre ellos han ido mejorando con el paso del tiempo, y podría ser por que ahora ya habían madurado, aunque sea un poco…

Capítulo 9

Capitulo 9.- Vacaciones en la playa

Al fin había pasado la semana, y ya los muchachos estaban llegando a la casa de la playa.
Fueron los compañeros de clase de Kagome… Kouga, Suikotsu, Yucca, Eri, Ayame, y su amiga Sango, mientras Inuyasha solo le dijo a Miroku.
En solo dos autos se repartieron, en el de Inuyasha se fueron Kagome, Suikotsu, y Sango, mientras que en el de Miroku subieron Kouga, Yuuca, Eri y Ayame
La casa de la playa, parecía una mansión para algunos… pero era mucho más chica que en la que vivían los medios hermanos, al terminar de instalarse todos fueron a disfrutar del hermoso día, solo iban a estar dos o tres días, así que había que aprovecharlos al máximo.
Las chicas no podían creer que estaban con los dos chicos mas codiciados de a Universidad, que iban en último año, iban a hacer todo lo posible por llamar su atención.
Kagome estaba haciendo castillos de arena junto con Sango, platicando de todo lo que se habían perdido en los años, las demás ya estaban dentro del agua jugando con una pelota de playa, menos Inuyasha y Miroku que estaban bajo una sombrilla.
- ¡Kagome!- se escuchó una voz femenina gritar su nombre- ¡el agua esta deliciosa, ven!
Miró a su media hermana pararse de la arena, se quitó el short de nylon azul cielo, la camisa estaba bastante grande, le tapaba su traje de baño, la fue subiendo poco a poco, dejando ver el bikini blanco de dos piezas y su cuerpo escultural, ¿esa era su hermana?, su vientre plano, bien proporcionada, con curvas exquisitas, su cintura y caderas marcadas con un adorno en su ombligo, ¿otra perforación?, pero a decir verdad se le veía muy bien, los hombres sin pensarlo se quedaron viéndola mientras jalaba a su amiga, que llevaba un bikini fucsia, tenía un hermoso cuerpo, su cintura no era tan marcada y estaba ligeramente más alta que Kagome, pero no dejaba de ser bella, y sus pechos eran un poco más grandes… ambas parecían ángeles en la tierra.
- ¿por que no me las haz presentado?- le dijo Miroku a su amigo sin quitar la vista de las chicas
- ¿estas loco?- levantó una ceja- no te presentaría a mi hermana ni aunque me pagaras
- ¡con más razón amigo! Así seríamos cuñados… pero me gusta más su amiga…- suspiró
- menos mal- dijo para sí
Inuyasha miraba a los universitarios jugar dentro del agua con la pelota de playa, aventándosela unos a otros, mientras uno en el medio trataba de atraparla, Ayame lanzó la pelota a Kagome, el de cabellos castaños era quien estaba en medio, fue hasta ella tratando de quitarle la pelota, esta se la aventó a Kouga antes de que pudiera quitársela, el chico vio una oportunidad muy tentadora… abrazó a Kagome, pero el impulso que tomó era demasiado fuerte, así que ambos cayeron de lleno al agua, salpicando a todos…
Esa imagen le producía… celos… y cierto enfado… como es que ese tipo se le ocurría abrazar así a su media hermana… y mas enfado le producía al ver que ella no hacía nada.

Suikotsu estaba encima de ella… a decir verdad era un chico bastante guapo… sus mejillas se fueron sonrojando al verlo tan cerca… sus ojos grises eran embelesantes… ladeó el rostro un poco nervios, deseaba que él no hubiera visto… pero Inuyasha ya no estaba en su lugar bajo la sombrilla… ¡kami por favor! Que no haya visto nada… aunque sabía que para él ahora solo era su hermana menor le importaba que no pensara mal…
- Inuyasha…-susurró
Se levantó empujando a Suikotsu hacia un lado y corrió dentro de la casa…
- ¿Inuyasha?- repitió lo que dijo la chica, frunciendo el ceño, seguía sentado gracias al empujón que le había dado Kagome…

================oOo================

Entro a la cocina por un vaso de agua… como es que esa escena le causó todo eso… ya comenzaba a sentir esos celos que les daba a los hermanos mayores por ver a sus hermanitas con novio… suspiró… el nunca fue así, ni siquiera con las que fueron sus novias… ¿que era lo que le estaba pasando?
- Inuyasha- oyó detrás de él, era la voz de su media hermana, así que volteó
Estaba en el umbral de la cocina, viéndolo- …que- fue lo único que dijo, pero ella no respondió- por que no regresas con tu noviecito- tomó el agua- se ve que la estabas pasando muy bien
- el no es mi novio- frunció el ceño- bueno, y si lo fuera que…-lo retó, pero el no se iba a dejar, claro que no
- ni que me importara…- ladeó el rostro tratando de evitar su mirada
- que bueno que no te importe, así pode divertirme como yo quiera- posó su dedo índice en su barbilla- capaz y esta noche lo invito a mi cuarto… a jugar damas chinas tal vez…-dijo con un tono de sarcasmo
- … pues haz lo que quieras Kagome… no me interesa lo que hagas o dejes de hacer…-
Ese comentario le había dolido… no contestó nada, solo dio media vuelta y salió de nuevo donde sus amigos.

Capítulo 8

Capítulo 8.- ¿Trato?

La noche anterior fue demasiado confusa…a ese sentimiento le llamaban ¿hermandad?, no lo sabía, pero nunca antes lo había sentido...
Ojalá que a Miroku no se le ocurriera molestarlo ese día, no estaba de humor… hacía calor para su buena suerte, llevaba un pants rojo y una camisa polo blanca algo holgada, y una gorra del mismo color que el pants, era muy raro que llevara una...
Solo esperaba que la semana pasara rápido, al fin vacaciones, lo que necesitaba… unas tranquilas vacaciones, sin padres… solo….
Suspiró antes de entrar al salón cabizbajo, directo a su asiento en la última fila, el profesor entro…
- Buenos días… Señor Taisho- demonios, ya lo había visto…- sabe las reglas de la institución- se quedaron callados ambos- se quita la gorra o se retira Señor Taisho- el maestro se estaba cansando.
Se escuchó un sonido bastante molesto para los estudiantes, ese que es producido por el pupitre cuando se mueve, y salió por la puerta, no estaba dispuesto a quitarse la gorra y dejar ver las manchas moradas en su rostro, ¡No, eso imposible!
Fue a la biblioteca de la Universidad a leer un poco, esa era una de sus pasiones.
Ya era hora de la salida… que rápido pasó el tiempo, pensó, aunque siempre pasaba lo mismo cuando leía… no quería llegar a su casa, pensó unos momentos que podía hacer…
Caminó por las instalaciones de la Universidad, como si estuviera buscando algo, ahí estaba, su mismo círculo de amigos… parpadeó simultáneamente, llevaba un overol, pero este en lugar de ser pantalón era falda, de mezclilla, y un tope negro, podía verse su cintura, frunció el ceño y caminó hasta donde estaba ella
- Hola- dijo al círculos de nuevos universitarios, unas chicas estaban sorprendidas y sonrojadas- Kagome ¿nos vamos?- no subía la cabeza más de lo debido.
- ¿nos vamos?- levantó una ceja- ¿a donde?- las chicas miraban a Kagome con ojos de odio… y ella decía que no lo conocía.
Taisho era sin dudas el hombre más popular de la escuela, era demasiado bello para algunas, podría ser comparado con un ser celestial o hasta con un Dios.
- si ella no quiere no veo por que la tienes que llevar- entrecerró los ojos uno de los chicos presentes, este tenía el cabello castaño a la altura de la mitad del cuello, sus ojos eran grises, tenía una perforación en la ceja, vestía un pantalón de mezclilla algo ajustado, una camisa negra y un paliacate amarrado por el cuello.
- esta bien- Kagome agritó sus manos en señal de que no había problema
- solo te raptare un rato- la tomó de la mano y comenzó a jalarla
- ¿Qué es lo que quieres?- preguntó sin dejar de caminar, y sentirse un poco nerviosa por que le agarrar la mano
- solo invitarte a comer ¿no quieres?- se desilusionó un poco, quería convivir mas tiempo con ella…
- no, no es eso… pero… deberías descansar, ¿como amaneciste?- era la primera vez que sonaba sincera, y su tono era de preocupación
- bien, un poco adolorido, pero es algo sin importancia- se encogió de hombros
No preguntó nada mas, al parecer ella estaba saliendo de ese caparazón de niña rebelde… ¿estaba cambiando? O siempre fue así y nunca se dio cuenta.
Fueron al centro comercial, ya habían comido algo, y tenía una sorpresa para ella… a demás podían pasar el tiempo juntos, al parecer ninguno de los dos quería estar en la mansión.
- se puede saber ¿ahora a donde vamos?- le preguntó, era guiada por su medio hermano
- es una sorpresa…- dijo sin parar su caminata- bien, aquí estamos- paró frente a una tienda de ropa- creo que te debo un abrigo…
- no, ¡no tienes por que hacerlo!- era raro, nunca espero algo de él… dio media vuelta sobre sus tobillos
- ¡oye a donde vas!- la tomó del brazo
- ¡no quiero nada tuyo! Piensas que puedes comprarme, que puedes tenerme lastima ¿no?- enmarcó las cejas
- ¿Qué?- comenzó a reírse
- ¡que te causa tanta gracia!- estaba bastante enojada
- estas loca, pero que cosas dices… yo nunca haría algo como eso… que poco me conoces Kagome
- si, tienes razón, te conozco poco por que alguien no dejo que lo conociera nunca- eso le dolió, era cierto… cada una de esas palabras, pero aun había tiempo para enmendarlo ¿no?
- lo siento, pero aun tenemos tiempo ¿verdad?- estaba completamente arrepentido de su actitud anterior
- con una condición- se cruzó de brazos y él solo alzó las cejas- vamos a la casa en la playa de vacaciones…
- bueno, supongo que si…-se rascó la cabeza
- van a ir los compañeros de mi salón si quieres puedes llevar a alguien- sacó un cigarrillo, no había fumado en todo el día, y ya le hacía falta
- pero ahí va mi condición- agarra el cigarrillo y lo bota- no fumes, aunque sea en mi presencia… ¿trato?- le extiende la mano
- está bien- entrelaza sus dedo índice y anular y le da la mano libre- trato

Capítulo 7

Capitulo 7.- Revelaciones

Kagome lo llevaba hacia su cuarto, su brazo estaba sobre hombro de su media hermana, sus piernas a penas si respondían, casi no podía sostenerse y mucho menos mantenerse en pie.
Cuando comenzaron a subir las escaleras, estuvieron a punto de caer… se maldecía… como es que llego a estar en ese estado… claro, la golpiza que le dieron…
Las imágenes regresaban a su memoria… ¡desgraciados!, le costaba un poco respirar, estaba exhausto…

No podía creerlo, que él se hubiera arriesgado por ella… ni en sus sueños más locos hubiera pasado… capaz y… ¿estaba soñando?, eso sería una buena respuesta…
Miró de reojo… ahí estaba él, lastimado… golpeado… ¡maldición! Todo por su culpa… por su vicio… por su necesidad…
Al fin llegaron a su habitación… nunca había entrado… era de un color rojo opaco, con una gran ventana que la tapaban las cortinas negras… una estantería de libro que ocupada toda una pared hasta el techo, un escritorio con un ordenador… su cuarto era demasiado amplio, mas que el de ella, y eso que se le hacía enorme… todos los cuartos tenían baño propio, y este no era la excepción según pudo ver
Lo recostó en su cama, esa noche no tenía intenciones de preguntarle nada, ni siquiera el por que la había seguido… ¡la había salvado! Tan siquiera ahora sabía que no le era indiferente… y si, era verdad… le importaba que no lo fuera, le gustaba Inuyasha, pero era solo un gusto… y un gusto no es más que eso… ¿verdad?... tenía que irse, dejarlo descansar…
- Kagome…- la tomó del brazo- ¿estás bien?
- Como se te ocurre preguntarme como estoy… ¡mirate como estas!- bajó el rostro
- ¡tonta!- se tomó la costilla derecha, le estaba doliendo- Nunca debí preocuparme por ti
- ¡no te dije que lo hicieras!- se soltó del agarre y salió de su habitación
Ladeó el rostro en su almohada… en realidad el tonto era el… por ser siempre así con ella… su cuerpo le dolía en demasía… escuchó la puerta de su cuarto abrirse, ¡kami! que no fueran sus padres… si no, lo terminarían por matar… pero fue todo lo contrario… comenzó a sentirse bien… y un frió se apoderó a su frente
- ¿te sientes mejor?- se sentó en el filo de la cama, pasando el trapo húmedo por su rostro, quitando la sangre seca
No dijo nada, se llevó una gran sorpresa… nunca pensó que regresara… y menos a ¿cuidarlo?... ¿eso estaba haciendo?... ¿o solo le devolvía el favor?
- creo que… si…- miraba hacia la cortina negra de su habitación- no tienes por que hacer esto…- se quitó la bolsa con hielos de la frente
- ¡pero si serás terco!- se cruzó de brazo, pensando- …nunca me has dejado ayudarte…- suspiró- y creo que no perderás esa costumbre
- … Kagome…- no sabía que decirle
Era la primera vez que se abría de esa manera, y bueno, ella tenía razón, siempre que intentaba jugar con él, o cuando su hermano y el jugaban a cualquier cosa… siempre lo trataba de ayudar cuando perdía… y siempre la respuesta era la misma… la rechazaba…
Sabía muy bien por que… tenía coraje… su padre tuvo una hija con otra mujer que no era su madre… y lo hacían convivir a la fuerza con ella… sentía celos… a veces… de que su padre pasara tiempo con ella, nunca los hacía con ellos… o era muy raro, pero con ella era un poco diferente.
Nunca entendió hasta ahora… ella estaba sola… y ahora lo estaba más… sin nadie mas que ellos… fue demasiado egoísta todo ese tiempo, pero era solo un niño… eso no era excusa, fue cruel y despiadado con ella…
- lo siento… tienes razón, soy un terco…- ambos rieron, pero a el le dolió de nuevo las costillas, se quejó
- Inuyasha… quítate la camisa- se sonrojó
Alzó una ceja- ¿ya tan rápido quieres verme desnudo?- bromeó
- ni que tuvieras tanta suerte- le regresó la broma- anda, solo voy a vendarte…
- no es necesario- su orgullo era más fuerte que cualquier otro golpe en el mundo, hasta ese… sintió como las costillas le dolían más, se quejó más fuerte
- ¿ya vez? Orgulloso…- a penas si había tocado y ya se estaba quejando…
No había de otra, se quitó la camisa dejándose oír sus exclamaciones de dolor y maldiciendo, Kagome tragó fuerte… iba a ser un reto vendarlo… su cuerpo estaba muy bien a decir verdad, se notaba lo trabajado que estaba… y como sus músculos se marcaban en cada parte… trató de no ver, de concentrar en el área lastimada… no podía ver una mancha que apenas comenzaba a ponerse color morado, solo esperaba que no tuviera la costilla rota… pero por si las dudas comenzó a vendar su torso, sentía cierto calor en sus mejillas y escalofríos en su espina dorsal cada vez que lo tocaba… por fin había acabado…
- Gracias… - fue sincero… ni siquiera cuando su madre murió… en realidad estaba cambiando… o es que… ¿sus sentimientos eran los que estaban cambiando?
- creo que es mejor que te cambies… no creo que quieras dormir con tu pants ensangrentado- lo señalo
¿Su pants? Miró hacia donde señala, ¡maldición! Se le había olvidado por completo… ahora tendría que tirarlo… la sangre no se le iba a quitar… hablando de ropa…
- Kagome… tengo algo que decirte…- estaba nervioso, seguramente toda la amabilidad que tenía en ese momento iba a desaparecer, tendría que correr el riesgo…- Sali a llevarte tu abrigo… y… bueno… - ¿por que le costaba decirlo?… tenía miedo de que no le volviera a hablar ¿por qué? Ni siquiera el lo sabía… suspiró- lo perdí…
- … no importa… solo es un abrigo ¿no?- hizo una media sonrisa

Capítulo 6

Capítulo 6.- Impulso

Acababa de llegar a su casa, los trabajos cada vez eran más difíciles y tenía que pasar horas en la biblioteca de la Universidad para poder adelantar un poco…
Pasó su mano por sus ojos, estaba cansado, eran las once de la noche según su reloj, con buena razón… había pasado casi todo el día en la Biblioteca…

================oOo================

- ¿Dónde están?- se preguntaba así misma rascándose la parte trasera de la cabeza, como si eso le ayudara a recordar.
Su cuarto estaba desordenado, en verdad necesitaba un cigarrillo, tenía una ansiedad que solamente el tabaco le quitaba… pero no encontraba la cajetilla, ¿Dónde la había puesto?, ya había buscado por todos los lugares posibles… hasta que recordó… el pantalón, metió su mano en el bolsillo trasero del pantalón y vio la cajetilla de su único vicio, la abrió pero… vacía… su último cigarrillo lo había dejado caer en la grama… tenía que salir a comprar otros, si no le iba a dar un ataque de nervios, según ella.
Salió de la mansión precavidamente, no iba a tardar, comprar unos “Black Stones” en cualquier tienda no demoraría mucho.
Caminó por las calles iluminadas por los faroles, ya con los cigarrillos en su bolsillo, se talló los brazos, y su camisa azul marino que le llegaba apenas al ombligo no la cubrió mucho, hacía frio… ¿Por qué no se le ocurrió traerse un abrigo?...
Una sensación la abordó, esa que sientes cuando alguien te esta siguiendo, caminó más rápido cuando una persona se pone frente a ella, no podía verlo muy bien, los faroles no iluminaban demasiado en esa zona, se volteó rápido para caminar en dirección contraria.
- pero que linda- se acercó a ella
- si, mira esa ropita tan sexy que trae- agarró su camisa y la trató de levantar un poco, pero ella se la arrebató
Corrió entre ellos, el único lugar posible del que podía huir, no miraba hacia atrás, no quería hacerlo, solo corría, sintió como su cabello la tiraba hacia atrás
- ¿A dónde pensabas ir preciosa?- la jaló sin piedad, sintió que le arrancó algunos cabellos
- Keh…- se quejó, le dolía el cráneo del jalón, mientras el otro la tomó por el brazo
- creo que pensaba huir de nosotros Renkotsu- rieron ambos- no escaparás preciosa- la aventó dentro del callejón, cayendo encima de unos botes de basura, haciendo un ruido estruendoso
El chico que tenía un paliacate azul en la cabeza la acercó jalándole el cabello y la hizo pararse, Kagome trataba de dar golpes al aire…
- agárrala Goshinki- demandó el otro, este pasó sus brazos por los de ella, dejándolos en la espalda de la chica, una llave.
Renkotsu la tomó de nuevo por el cabello jalándola hacia él, lamía su mejilla hasta la sien, tocaba su cuerpo, sus senos, la lastimaba… Estaba perdida… no quería ver, cerro los ojos con fuerza y espero lo peor… pero nada… el que la estaba besando y tocando dejo de hacerlo, y la llave dejo de dolerle, y se fue soltando, y escuchó los quejidos de sus agresores.

================oOo================

Había visto a Kagome salir, no dudo en seguirla, esa niña seguro se metería en problemas, pero antes tomó su abrigo y por lo visto ella había olvidado el suyo… despistada, pensó.
La había perdido de vista, ¡maldición!, ¿Dónde se había metido?, hace un rato que la buscaba por las calles.
- seguramente ya regreso a casa- dijo para sí, pensando…
Pero ¿Por qué se preocupaba por ella?... bueno, no tenía nada de malo, al fin y al cabo era su media hermana, y tenía que enmendar como la había tratado…
Caminó metiendo sus manos en sus pants blancos Puma, aún cargando el abrigo de Kagome… se oyó un estruendo, caminó rápido, ladeó el rostro, vio a dos personas entrar presurosas al callejón.
Le dio mala espina ver esa escena, así que fue hasta ellos, caminando sigilosamente, y los vio ¡tenían a Kagome!, la imagen quedó grabada a la perfección en su memoria, uno de los dos tipos la tenía agarrada del cabello lamiendo su mejilla, con su mano tocando su cuerpo… y el otro le hacía una llave por detrás para que no se moviera.
No dudó, nunca lo hizo, le dio un golpe al que estaba a punto de besarla, directo en la mejilla, con tanta fuerza que cayó al suelo, por detrás lo agarraron del cuello.
- mal…dito…-apenas pudo pronunciar, lo estaba asfixiando
Enterró su codo en el estómago del agresor de su media hermana, este aún estaba tomándose el lugar del golpe, le había sacado el aire, corrió hacia Kagome, pero uno de los vándalos lo tomó por los brazos, como había hecho con anterioridad
- ¡Inuyasha!-gritó su nombre
- ¡corre Kagome!- se quedó pasmada- ¡Corre! ¡No te detengas!- hizo lo que le dijo, aunque no quisiera…
Escuchó unos quejidos a lo lejos, pero siguió corriendo hasta donde sus pies le dejaron, estaba demasiado agitada… y su corazón comenzaba a latirle rápido, a dolerle… pero no podía parar, no ahora… necesitaba hablar a los policías, no, demorarían demasiado, tenía que conseguir ayuda, lo que fuera…
Llegó a la mansión, nadie estaba dentro, no podía despertar a sus padres… ellos no, no quedaba otra opción… buscó algún arma para poder utilizar contra sus agresores, ahora los de Inuyasha… sus manos temblaban torpemente… pro fin encontró un bat de beisbol, iba a salir del “hogar”, cuando abrieron la puerta.
Había abierto la puerta, y no pudo sostenerse más, cayó de rodillas al piso, respiraba entrecortado, tosió y de su boca salió un poco de sangre… ¡Maldición! su pants blanco se había manchado de sangre… Se limpió la boca pasándose la mano.
Su visión a veces no era la mejor, y no ponía mucha atención en las cosas… ella estaba frente a el, sus labios entre abiertos y sus ojos cristalinos… ¿como es que no lo había visto antes?... era… realmente bella…

12 de octubre de 2008

Capítulo 5

Capítulo 5.- Vieja compañera

Iba rumbo a la escuela, manejando, pensando, pero no se puede hacer ambas a la vez, el claxon de un automóvil lo sacó de sus pensamientos, un próximo choque lo hizo reaccionar, si no era por su agilidad al volante estaría en esos momentos en el hospital.
Respiró aliviado, solo eso faltaba… un accidente.
Esa Kagome iba a morir de hambre, pero el no podía hacer nada, lo seguía evitando, por eso se fue de la cocina, por eso no bajaba…


- Buenos días Inuyasha- lo alcanzó
- que madrugador… oye…- se volteó a verlo- ¿no estabas expulsado?
- lo estoy- rió
- que cínico eres – entrecerró los ojos- entonces… ¿Qué haces aquí?
- solo quería tomar un café con mi mejor amigo Inuyasha- pasó su brazo por su cuello
- déjate de mariconerías ¿quieres?- quitó el brazo de su amigo
- ya, ya, no te enojes mi fiera, ¿entonces?- acercó su rostro al de Inuyasha
- entonces ¿Qué?- siguió caminando hacia la entrada
- ¡vamos hombre!- se posó frente a el- saltarte unas clases no te hará mal- lo miró con sus ojos azul marino bien abiertos, mirándolo, como si tuviera unas estrellas en los ojos.
- ¡Feh!- ladeó el rostro- está bien, pero solo la primera hora- alzó su dedo índice al aire
- y se ve que lo necesitas- dijo casi en un susurro
- ¿dijiste algo Miroku?- volvió a entrecerrar los ojos
- ¡no nada!- rió de nuevo

La cafetería era bastante acogedora, al entrar a ella pudieron percibirlo como primera instancia, había muy poca gente, pero para la temprana hora que era, tres personas era demasiado.
La cafetería frente a la escuela, nunca habían ido, aunque solo había que cruzar la calle para llegar ahí, pero teniendo una dentro de la escuela, no tenía mucho caso salir solo para tomar un café.
Se sentaron en la mesa que daba hacia la Universidad, no por que les gustara ver donde estudiaban, si no que tenían una bonita vista, y para Miroku… ver mujeres cada vez que pasaban, lo libidinoso no se le quitaría con los años.

- ¿les dejo la carta?- se acercó una chica de cabellos castaños, vestida con el uniforma de la cafetería y un mandil negro, bastante linda para ser camarera.
- no, yo solo quiero un americano- miró a su amigo que se había quedado viendo a la chica
- lo mismo y una cita contigo- le agarró la mano, e Inuyasha posó sus dedos en su frente, viendo hacía afuera, su amigo nunca cambiaría

La chica zafo su mano del agarre tranquilamente- entonces serán dos americanos- apuntó en su libretita y fue hasta la barra donde se hacían los pedidos, mientras que su amigo la veía caminar con la boca semi abierta, no contuvo más la risa, las carcajadas salieron y pegaba en la mesa.

- ¿de que ríes Inuyasha?- entrecerró los ojos sabiendo la posible respuesta
- te batearon- rió
- eso esta por verse…- la muchacha llegó con lo que ambos habían pedido
- aquí están sus americanos- depositó ambas tazas en la mesa- ¿se les ofrece algo mas?
- si, tú nombre o una cita, puedes escoger- ambos se miraron a los ojos
- con permiso- se retiró de la mesa, mientras que Inuyasha no dejaba de carcajearse
- “esa chica me gustó mucho”- pensaba el de cabellos negros mientras movía torpemente el café- “no me daré por vencido”

================oOo================

Las clases pasaban hasta que fue hora del receso, y como ya era costumbre fue hasta esa banca en donde pasaban su hora de descanso, se quedó en pie platicando con los chicos, mas bien ellos le hacían preguntas y algunas veces hablan entre sí, cosas sin importancia, temas irrelevantes para ella, sacó del bolsillo de su pantalón una cajetilla “Black Stones” su sabor era dulce, pero a la vez fuerte, le encantaba la mezcla, dentro solo quedaba un cigarrillo, se relamió los labios y puso el cigarrillo en su boca… comenzó a buscar su zippo dentro de los bolsillos del pantalón de tela negra, cuando lo vio pasar, siempre su vestimenta sport y su cabello desordenado, el cigarrillo que tenía en su boca y que estaba a punto de encender cayó de sus labios al suelo… solo lo miró como lo hacían mas chicas…caminaba con un amigo suyo, el de la otra vez…
Salió de la Universidad, aún no quería toparse con él, y menos verlo a la cara… a sus ojos dorados… movió la cabeza, debía de dejar de pensar en su medio hermano…
Entro a la cafetería frente a la escuela, ya no iba a regresar a clases, solo faltaba las últimas dos clases y los maestros no eran mucho de su agrado, así que no le tomó importancia, caminó hasta una pequeña mesa al rincón, donde no había ventanas y por consiguiente nadie la vería.

- ¿te ofrezco algo?-
- si, solo un cappuccino- miró a la chica, se le hizo familiar, entrecerró los ojos tratando de recordar quien era… quien era…. La mesera dio la vuelta para llevar el pedido- ¿Sango?

La de cabellos castaños detuvo su paso y dio media vuelta- ¿disculpe?

- ¿eres Sango Suzuki verdad?- se paró de su asiento, se fue acercando a ella lentamente
- pero… ¿Cómo lo sabe?- frunció el ceño
- ¡no me digas que no me recuerdas! ¡Sango!- la agarró por los hombros- bueno, en ese tiempo tenía el cabello más corto y tenía frenillos- miró hacia el suelo un poco avergonzada de su apariencia pasada
- ¿¡Kagome Higurashi?!- abrió más sus ojos de igual color que su cabello, castaños

Se había reencontrado con una vieja compañera de salón cuando recién entraba a Bachillerato, educación superior.
Sango era bella y popular, desde que comenzaron el liceo juntas, en el mismo salón, pero nunca fueron más que compañeras de clases, era todo lo contrario a Kagome, le pareció bastante extraño que recordase su nombre después de tantos años…
¿Cómo es que alguien como ella ahora era mesera? Aunque sabía que venía de una familia con muchos problemas económicos… pero nunca lo pensó… venía por ratos para platicar un poco, pero nunca lo suficiente como para ponerse al tanto.

- Higurashi… supe lo de tu madre…- salían ambas de la cafetería, acaba de terminar su turno
- no te preocupes, estoy bien- esbozó una sonrisa
¡Vaya si se había convertido en una hermosa mujer! Pero bueno, era como el cuento en el que el patito feo se convertía en cisne, ¿no?
- ¿Cuándo regresaste?- Kagome la miró con incredulidad- supimos que te fuiste a París
- regrese el fin de semana pasado, estoy en la Universidad-la señaló- ¿y que has hecho?- seguían caminando aún sin un rumbo
- trabajo como mesera medio tiempo, para poder pagar la Universidad- miró al cielo

Siguieron platicando, dando vueltas sin sentido, hasta que era la hora de irse de la castaña, iba a su Universidad que según le dijo no estaba muy lejos, el tiempo las había cambiado tal vez para bien o tal vez para mal, pero de algo era seguro, se verían con más frecuencia, y quien sabe, hasta podrían ser amigas.