15 de octubre de 2008

Capítulo 7

Capitulo 7.- Revelaciones

Kagome lo llevaba hacia su cuarto, su brazo estaba sobre hombro de su media hermana, sus piernas a penas si respondían, casi no podía sostenerse y mucho menos mantenerse en pie.
Cuando comenzaron a subir las escaleras, estuvieron a punto de caer… se maldecía… como es que llego a estar en ese estado… claro, la golpiza que le dieron…
Las imágenes regresaban a su memoria… ¡desgraciados!, le costaba un poco respirar, estaba exhausto…

No podía creerlo, que él se hubiera arriesgado por ella… ni en sus sueños más locos hubiera pasado… capaz y… ¿estaba soñando?, eso sería una buena respuesta…
Miró de reojo… ahí estaba él, lastimado… golpeado… ¡maldición! Todo por su culpa… por su vicio… por su necesidad…
Al fin llegaron a su habitación… nunca había entrado… era de un color rojo opaco, con una gran ventana que la tapaban las cortinas negras… una estantería de libro que ocupada toda una pared hasta el techo, un escritorio con un ordenador… su cuarto era demasiado amplio, mas que el de ella, y eso que se le hacía enorme… todos los cuartos tenían baño propio, y este no era la excepción según pudo ver
Lo recostó en su cama, esa noche no tenía intenciones de preguntarle nada, ni siquiera el por que la había seguido… ¡la había salvado! Tan siquiera ahora sabía que no le era indiferente… y si, era verdad… le importaba que no lo fuera, le gustaba Inuyasha, pero era solo un gusto… y un gusto no es más que eso… ¿verdad?... tenía que irse, dejarlo descansar…
- Kagome…- la tomó del brazo- ¿estás bien?
- Como se te ocurre preguntarme como estoy… ¡mirate como estas!- bajó el rostro
- ¡tonta!- se tomó la costilla derecha, le estaba doliendo- Nunca debí preocuparme por ti
- ¡no te dije que lo hicieras!- se soltó del agarre y salió de su habitación
Ladeó el rostro en su almohada… en realidad el tonto era el… por ser siempre así con ella… su cuerpo le dolía en demasía… escuchó la puerta de su cuarto abrirse, ¡kami! que no fueran sus padres… si no, lo terminarían por matar… pero fue todo lo contrario… comenzó a sentirse bien… y un frió se apoderó a su frente
- ¿te sientes mejor?- se sentó en el filo de la cama, pasando el trapo húmedo por su rostro, quitando la sangre seca
No dijo nada, se llevó una gran sorpresa… nunca pensó que regresara… y menos a ¿cuidarlo?... ¿eso estaba haciendo?... ¿o solo le devolvía el favor?
- creo que… si…- miraba hacia la cortina negra de su habitación- no tienes por que hacer esto…- se quitó la bolsa con hielos de la frente
- ¡pero si serás terco!- se cruzó de brazo, pensando- …nunca me has dejado ayudarte…- suspiró- y creo que no perderás esa costumbre
- … Kagome…- no sabía que decirle
Era la primera vez que se abría de esa manera, y bueno, ella tenía razón, siempre que intentaba jugar con él, o cuando su hermano y el jugaban a cualquier cosa… siempre lo trataba de ayudar cuando perdía… y siempre la respuesta era la misma… la rechazaba…
Sabía muy bien por que… tenía coraje… su padre tuvo una hija con otra mujer que no era su madre… y lo hacían convivir a la fuerza con ella… sentía celos… a veces… de que su padre pasara tiempo con ella, nunca los hacía con ellos… o era muy raro, pero con ella era un poco diferente.
Nunca entendió hasta ahora… ella estaba sola… y ahora lo estaba más… sin nadie mas que ellos… fue demasiado egoísta todo ese tiempo, pero era solo un niño… eso no era excusa, fue cruel y despiadado con ella…
- lo siento… tienes razón, soy un terco…- ambos rieron, pero a el le dolió de nuevo las costillas, se quejó
- Inuyasha… quítate la camisa- se sonrojó
Alzó una ceja- ¿ya tan rápido quieres verme desnudo?- bromeó
- ni que tuvieras tanta suerte- le regresó la broma- anda, solo voy a vendarte…
- no es necesario- su orgullo era más fuerte que cualquier otro golpe en el mundo, hasta ese… sintió como las costillas le dolían más, se quejó más fuerte
- ¿ya vez? Orgulloso…- a penas si había tocado y ya se estaba quejando…
No había de otra, se quitó la camisa dejándose oír sus exclamaciones de dolor y maldiciendo, Kagome tragó fuerte… iba a ser un reto vendarlo… su cuerpo estaba muy bien a decir verdad, se notaba lo trabajado que estaba… y como sus músculos se marcaban en cada parte… trató de no ver, de concentrar en el área lastimada… no podía ver una mancha que apenas comenzaba a ponerse color morado, solo esperaba que no tuviera la costilla rota… pero por si las dudas comenzó a vendar su torso, sentía cierto calor en sus mejillas y escalofríos en su espina dorsal cada vez que lo tocaba… por fin había acabado…
- Gracias… - fue sincero… ni siquiera cuando su madre murió… en realidad estaba cambiando… o es que… ¿sus sentimientos eran los que estaban cambiando?
- creo que es mejor que te cambies… no creo que quieras dormir con tu pants ensangrentado- lo señalo
¿Su pants? Miró hacia donde señala, ¡maldición! Se le había olvidado por completo… ahora tendría que tirarlo… la sangre no se le iba a quitar… hablando de ropa…
- Kagome… tengo algo que decirte…- estaba nervioso, seguramente toda la amabilidad que tenía en ese momento iba a desaparecer, tendría que correr el riesgo…- Sali a llevarte tu abrigo… y… bueno… - ¿por que le costaba decirlo?… tenía miedo de que no le volviera a hablar ¿por qué? Ni siquiera el lo sabía… suspiró- lo perdí…
- … no importa… solo es un abrigo ¿no?- hizo una media sonrisa

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