15 de octubre de 2008

Capítulo 10

Capitulo 10.- Pidiendo disculpas

Desde el incidente no le dirigía la palabra por más que intentara… pero era su culpa… había dicho cosas hirientes sin si quiera pensar que podría afectarle.
La tarde había llegado, y con ella los deseos por ir a la ciudad de Yokohama, estaban algo alejados de ella, pero nada que con unos minutos en carretera no arreglara.
Estaban en el centro de la ciudad, algunos comprando otros simplemente observando como turistas… aunque algunos ya conocían lo bello que era Yokohama.
Fueron hasta un restaurant de comida típica, en donde se la pasaron platicando y riendo, aunque Kagome aún ni siquiera la mirada le dirigiera, mezquina, pensó, tenía que disculparse pronto, si no eso se iba a poner peor.
- ¡vamos al parque de diversiones!- sugirió una de las amigas de Kagome
- ¡si!, la última vez que vine no pude subirme a varios de los juegos…- hizo un pequeño puchero
- por mi no hay problema Inuyasha…- se acercó al platinado- más si puedo estar a solas con Sanguito en la rueda de la fortuna- entrecerró lo ojos con picardía
El parque de diversiones de Yokohama es reconocido por tener una de la ruedas de la fortunas más grandes en el mundo, junto a la rueda del milenio en Londres
- como quieran…- se encogió de hombros
Ya se podía apreciar el ocaso mientras se encaminaban al parque temático, Kagome aún no le dirigía la palabra, y por alguna extraña razón eso le venía afectando más de lo que pensó.
Desde la distancia podía apreciarse la famosa rueda de la fortuna que sobresalía entre los grandes edificios de la ciudad.
- ¿A dónde quieren ir primero?- preguntó Kouga queriendo aparentar que no le emocionaba estar ahí.
- ¡vamos a la montaña rusa!- gritó Ayame tomando de la mano a Kouga
-¿montaña rusa?- en su rostro podía verse el miedo, y su color desapareció, era la primera vez que se iba a subir a uno de esos juegos e iba a ser la ¿montaña rusa?, pero para su desgracia Ayame era más fuerte de lo que parecía y no lo dejo escapar
- nosotros queremos un algodón de azúcar- caminaron Yucca y Eri, que cada agarró un brazo de Suikotsu, para ir a la sección de comidas
- Sango, nosotros podemos ir a la rueda de la…-no terminó de decirlo ya que la chica estaba caminando junto con los demás
La pelinegra había dado unos pasos, para seguirlos
- ¿aún no me vas a hablar Kagome?- preguntó su medio hermano, esa situación lo estaba cansando- ¿y dices que soy yo el orgulloso?...- aún sin respuesta, esto lo enfureció- ¡ya no aguanto mas!
Buscó con la mirada un lugar para hablar tranquilamente, cuando pro fin lo encontró la tomó del brazo y comenzó a jalar dentro de una cabina de la rueda de la fortuna, fue rápido el proceso, estaban junto a esta.
- ¡oye pero que te pasa!- replicó Kagome ya dentro del juego, tratando de salir pero este comenzó a girar
- ahora si… se que el comentario que hice fue de mal gusto
- ¿de mal gusto?- dijo en tono sarcástico y levantando una ceja
- de acuerdo, fue hiriente- la chica lo miró, se estaba ¿disculpando?, Inuyasha suspiró- no tenía que haber dicho eso… en realidad…- su corazón comenzó a latir más de lo normal, pero él estaba seguro que es por que nunca en su vida había pedido disculpas a una chica y menos a su media hermana- si me interesa…- los ojos de Kagome comenzaron a brillar sin que ella lo notara- y creo que te he agarrado cariño- miró hacia el piso, mientras que a ella parecía que su corazón iba a salir de donde estaba- después de todo eres mi hermana… ¿no?- la miró
La desilusión se apoderó de ella… era verdad, ellos eran… después de todo medios hermanos, y eso no iba a cambiar nunca, se mordió el labio inferior, no podía ilusionarse con Inuyasha… aunque eso ya era demasiado tarde…
- Kagome…-volvió a hablar- ¿me disculpas?- la miró directo, ella ladeó el rostro y asentó la cabeza
- pero que no vuelva a ocurrir- le sonrió
Quedo impactado ante la escena… sonreía sinceramente, las luces de la rueda de la fortuna iban cambiando constantemente, la noche ya había llegado, las cosas entre ellos han ido mejorando con el paso del tiempo, y podría ser por que ahora ya habían madurado, aunque sea un poco…

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